Todo comenzó en 1995, cuando identificamos que en Ecuador la categoría de pañales desechables estaba penetrada solamente un 11%. El producto era considerado un lujo, los productos de buena calidad eran inaccesibles por el ciudadano común, las opciones de bajo precio eran de muy mala calidad y descubrimos en Italia la tecnología para fabricar pañales de bebés de excelente calidad que nos permitirían hacer popular su uso y llevarlo a todos los rincones del país, sin sacrificar calidad.
La ignorancia y el deseo de emprender nos permitió soñar en grande y no descansamos hasta lograr establecer una fábrica en Quito con tecnología de punta que podía producir 80 millones de unidades al año en un país donde solo se vendían 50 millones.
Las dificultades eran enormes y superar cada nuevo desafío plantó los hitos que dieron forma a lo que somos hoy: Una empresa que mejora lo que hace poco a poco todos los días, que se dinamiza con las nuevas oportunidades y que se alimenta de las enseñanzas de sus adversidades para enfrentar los nuevos retos siempre más fortalecidos y mejor preparados.